Si crees que los equipos especiales de la NFL han sido particularmente caóticos esta temporada, no estás equivocado.
A pesar de que los errores de los equipos especiales habían sido frecuentes durante las primeras 11 semanas, lo que ocurrió el domingo superó cualquier expectativa. Las fallas en los intentos de gol de campo y los errores fueron numerosos, pero ninguno tan destacado como los de Austin Seibert, el pateador de los Washington Commanders.
Seibert, un veterano con siete años en la liga, había llegado al domingo con un récord impecable en intentos de punto extra y un 92,6 % de acierto en goles de campo, habiendo fallado solo dos intentos desde más de 50 yardas. Sin embargo, lo que ocurrió en el partido contra los Dallas Cowboys, que terminó con una derrota de los Commanders por 34-26, quedará marcado como uno de los peores momentos en la carrera del jugador.
Un comienzo complicado
El desastre comenzó con 48 segundos restantes en el primer cuarto, cuando Seibert falló un intento de gol de campo desde 51 yardas. No fue una gran sorpresa, ya que sus dos fallos anteriores también habían sido desde distancias similares. Pero el verdadero problema llegó en el tercer cuarto, cuando, después de un touchdown de Jayden Daniels tras una carrera de 17 yardas, Seibert falló su primer intento de punto extra de la temporada. Aunque preocupante, parecía un error manejable: Washington aún lideraba 9-3 ante unos Cowboys que han tenido una temporada difícil.
Más errores y consecuencias
Las cosas empeoraron cuando KaVontae Turpin devolvió un saque inicial de Seibert 99 yardas para un touchdown, colocando a los Cowboys con una ventaja de 27-17 en el último cuarto. Aunque este error tuvo más que ver con la habilidad de Turpin que con alguna deficiencia de Seibert, el golpe para los Commanders, que luchaban por un lugar en los playoffs, fue significativo.
Seibert logró redimirse parcialmente con un gol de campo de 51 yardas a 1:40 del final, reduciendo la diferencia a siete puntos y manteniendo viva una tenue esperanza para Washington. Esa esperanza cobró fuerza cuando, tras recuperar un despeje, Daniels conectó un espectacular pase de 86 yardas con Terry McLaurin, empatando el partido a 26 con apenas 33 segundos restantes.
El golpe final
No obstante, la agonía de Seibert estaba lejos de terminar. En el siguiente saque inicial, intentó una patada corta para recuperar la posesión, pero Juanyeh Thomas, safety de los Cowboys, devolvió el balón 34 yardas hasta la zona de anotación, sellando el marcador final y aniquilando cualquier posibilidad de victoria para los Commanders.
Dos jugadas consecutivas de Seibert no solo costaron el partido ante un rival detestado, sino que condenaron a los Commanders a su tercera derrota consecutiva, dejándolos con un récord de 7-5 mientras los Eagles, líderes de la NFC Este, mantienen una racha ganadora de siete partidos. El impacto psicológico de estas jugadas quedó reflejado en el rostro desolado de Seibert, capturado en una sola imagen que resumía el dolor del momento.
Responsabilidad y carácter
A pesar de todo, Seibert mostró valentía enfrentándose a los medios tras el partido. No buscó excusas, ni por el mal centro en el segundo intento de punto extra fallido, ni por la lesión de cadera que lo había dejado fuera de los dos partidos anteriores.
En una temporada donde los equipos especiales han estado lejos de ser efectivos, el nombre de Austin Seibert quedará asociado como un símbolo desafortunado de esas dificultades. Su actuación del domingo será recordada como una de las más dolorosas que un pateador haya tenido que soportar en la historia de la NFL.