El pesto es una de las salsas más versátiles y sabrosas de la cocina italiana. Tradicionalmente acompaña platos de pasta, pero también se puede disfrutar en ensaladas, pizzas o incluso en bocadillos. Su preparación es muy sencilla y, aunque la batidora facilita el proceso, el mortero ofrece una textura y un sabor inigualables. Además, la receta se puede adaptar según los gustos personales, variando la cantidad de ajo, aceite o queso según preferencias.
Ingredientes
Para la pasta:
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300 g de pasta
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Aceite de oliva virgen extra
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Sal
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Pimienta negra
Para la salsa pesto:
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1 ramita de albahaca fresca
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50 g de queso Parmesano
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50 g de piñones
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2 dientes de ajo
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80 ml de aceite de oliva virgen extra
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Sal al gusto
Preparación
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Tostar los piñones: Precalienta el horno a 180 ºC y coloca los piñones en una bandeja. Tuéstalos durante unos 10 minutos hasta que estén dorados. Este paso realza su sabor y aporta un toque crujiente a la salsa.
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Preparar la salsa pesto: Pela los dientes de ajo y lávalos bien. Separa las hojas de albahaca del tallo y sécalas con cuidado. En un mortero o batidora, tritura la albahaca junto con los ajos, los piñones tostados y el queso Parmesano rallado. Agrega el aceite de oliva poco a poco mientras mezclas hasta obtener una textura homogénea y ligeramente granulosa. Ajusta de sal según tu preferencia.
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Cocer la pasta: En una cazuela grande, hierve agua con sal y cuece la pasta según las instrucciones del fabricante hasta que esté al dente. Una vez cocida, escúrrela y resérvala sin enjuagar para que absorba mejor la salsa.
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Servir: Mezcla la pasta caliente con la salsa pesto o viértela por encima antes de servir. Si lo deseas, puedes añadir un poco más de queso rallado y un chorrito de aceite de oliva para potenciar el sabor.
Este plato es ideal para disfrutar de un almuerzo o cena rápida sin renunciar al auténtico sabor de la cocina italiana. Acompaña con una ensalada fresca o pan tostado para completar la experiencia gastronómica. ¡Buen provecho!